15 de mayo de 2009

Discurso de graduación

Antes de nada, quería decir que omito las formalidades, para que nadie se asuste. ¿Qué pasa troncos? No, venga, ahora en serio.

¡Muy buenos días!

Bienvenidos a todos y gracias por venir.

Se supone que esto tiene que ser un discurso (y ya es mucho suponer). Cuando comencé a hacerlo, no tenía ni idea de cómo empezar a escribirlo. La solución vino acompañada de una conversación con un colega que me comentó las partes diferenciadas de un discurso. En esas partes se incluían un repaso sobre la historia de la Universidad de Extremadura, en este caso, del CUP. Y, ¿sabéis lo qué os digo? Que si queréis saber algo sobre el centro, entrad en la página web de la Universidad de Extremadura, que para eso, y otras muchas cosas, se ha creado. Lo que sí quería destacar sobre el CUP y como bien sabéis es que nos graduamos en el año que se ha celebrado el X Aniversario de dicho centro, lo cuál espero que sea una buena señal para todos, ya os explicaré por qué más adelante.

Y la mejor forma de continuar con este discurso es con un repaso general a los tres años que han sido nuestra formación, tres años en los que nos han enseñado, o al menos intentado, el funcionamiento de la economía en general y de la empresa en particular, que nos han ayudado a crecer profesional y personalmente.

Comenzamos con el primer año. El año de las novedades. Nuevos compañeros, nuevos profesores, nuevas formas de enseñar, nuevo centro de estudios, nuevas formas de hacer exámenes, nuevas asignaturas…todo nuevo. Te encuentras con gente a la que no veías desde la guardería (¿verdad Gema?), con gente que viene de fuera, con compañeros del instituto e incluso con familia a la que ni conocías… ¿Y cuál es la mejor forma de conocerse? ¡Las NOVATADAS! Sí, las famosas y muy odiadas novatadas. Claro, que solo las odias la semana que duran, luego piensas: “buah, no fue para tanto”. Pero en el momento en el que las estás sufriendo, te acuerdas de la madre que parió a más de uno o una. En el segundo año se convierten en las esperadas novatadas. Y ahora es cuando vienen los veteranos, nos atan con una cuerda y nos hacen cantar. O lo que es peor, nos hacen presentarnos como: Soy el novato Ángel y siento la carrera. A lo que después seguía una parida que se le ocurría a alguno. En mi año tocó un orgasmo. Y ya nos veis, todos atados, agarrados de las manos, presentándonos uno a uno y fingiendo un orgasmo. Si eso eran orgasmos….yo me llamo Perico (y no quiero ser machista pero a las mujeres siempre se les ha dado mejor fingir en estas cosas). Pero lo mejor de todo, fue el conocido pique entre empresariales y enfermería. ¿Os acordáis? Como para olvidar ese conocido “pareado”: NO TENÉIS FUTURO, PINCHANDO CULOS. Este sano pique tenía que llegar hasta este día, lo siento.
Y comienzas las clases, y empiezas a conocer a los profesores y a las asignaturas. También comienzas a hacer colegas, ya que son compañeros de guerra; las novatadas, a pesar de todo, unen mucho. Y empiezan los primeros exámenes, y te enfrentas al tan temido examen de empresa. Todo el mundo teme empresa, y quién diga lo contrario…está mintiendo. Y con ese examen, empiezan los agobios, el estrés, estás en la universidad, ya no vale estudiar el día antes, y si lo has hecho, en empresa te das cuenta de que eso ya no es suficiente. Pero aún así avanza el curso y siempre te pasan cosas curiosas. Por ejemplo, creo que hago bien al hablar en plural cuando afirmo que ninguno de nosotros (o al menos los que estábamos ese día en clase de contabilidad financiera) se ha olvidado desde entonces de Pilar Garzón y a veces recuerdas cómo el primer año de carrera fue a dar con sus huesos en el suelo de la tarima. Las prisas nunca fueron buenas, y menos cuando donde se pretende sentar uno después de venir corriendo es en una silla con ruedas. Y pasa lo que pasa. Que te caes. Pilar se recupera rápido y aparece de debajo de la mesa diciendo: “Tranquilos, no ha pasado nada”. Te preocupas, pero…en ese momento lo que quieres es REIR, pero no puedes, o más bien no debes, un poquito de respeto. Pero no hay de qué preocuparse, para eso están los cinco minutos, para comentar la caída y poder uno desahogarse a gusto.
Y es así como pasa el primer año de carrera. Entre risas, estrés, agobios, diversión, y algunos de esos compañeros empezamos a convertirnos en amigos que comparten… Sí, porque lo que más compartimos en estos años de carrera, además del tiempo que pasamos en las clases (y en la cafetería), son los apuntes, que van y vienen de mano en mano.

Y mal que bien, llegamos a segundo. Volvemos a ver a algunos de nuestros colegas que habíamos dejado en junio y te los encuentras de nuevo en octubre. Y volvemos, claro está, a la rutina de las clases. Y a las nuevas asignaturas y profesores. Entonces es cuando conoces a Gema, la de organización, y su curiosa forma de dar las clases. En segundo descubrimos que, no sabemos si todos los profesores o al menos ella sí, imparte clases acompañada de un tal Coco que parece que le da mucho miedo los días que hace viento, ¿os acordáis, verdad?
Poco a poco, en segundo, se van consolidando las relaciones con los amigos, con los que vas teniendo más confianza y con los que ahora también compartes horas de preparación de los trabajos en grupo, que en este curso empiezan a ponerse de moda.

Llegamos a tercero. El último año de la diplomatura, y con cuántas ganas comienzas el curso, contando los días que faltan para tener tu título entre las manos. Pero te das cuenta de que ahora empieza lo chungo y, sobre todo, de lo descompensado que están los cursos respecto a las asignaturas, o por lo menos eso es lo que piensas cuando los veteranos comienzan a hablarte de lo complicadas que son costes, balances, la temida sociología, el complicado derecho empresarial II. Te empiezas a agobiar, y ya no te cuento si asistes a las clases de sociología o de derecho, donde la cabeza empieza a dar vueltas y se te hace la picha un lío. Y en ello andamos, intentando sacar adelante todas esas asignaturas que nos faltan de tercero… y las de segundo… y las de primero incluso. Pero ya queda poco, casi se puede palpar la meta.
También comienzas a hacer planes de futuro. Empiezas a imaginar qué harás después de terminar, si seguir estudiando, trabajar, etc. Es cuando te das cuenta que dentro de poco tendrás que despedirte de unos compañeros a los que no volverás a ver, o que verás muy poco porque cada uno forja su propio camino en lugares distintos. Esos amigos que se han convertido en compañeros de clase, de fiesta, en un tipo distinto de familia.

Dentro de poco se nos abren dos caminos. Por un lado, el mercado de trabajo. O mejor dicho, engrosar las listas del paro español, porque tal y como están las cosas, será difícil acceder a un puesto de trabajo. Pero no os preocupéis, como he dicho al comienzo del discurso, espero que habernos graduado el año en el que conmemoramos el X Aniversario del Centro sea una buena señal. Quiero recordaros una frase de un fragmento de texto que circula por Internet y que se atribuye su autoría a Albert Einstein, aunque no sabemos si verdaderamente éste fue su autor. Esa frase dice: “Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno”. Ponedlo en práctica. Por otro lado, podemos seguir estudiando, especializándonos en algún campo en concreto y haciendo cursos, para conseguir destacar y ser más eficaces y eficientes, logrando la excelencia. Espero que elijáis correctamente y que sea lo que sea lo que decidáis hacer, os salga todo a pedir de boca.

Y por último, los agradecimientos. Creo que hago bien empezar por agradecer a nuestros padres y familiares por todo el apoyo que nos han dado en estos tres años, por su confianza en nosotros y por su, también y cómo no, apoyo económico. Sin estas cosas, imprescindibles todas, hubiera sido más complicado estudiar y seguir con la carrera. Mamá, este título es de los dos, nos ha costado, sobre todo estos dos últimos años, pero lo hemos conseguido. Agradecerles también a los profesores, por sus clases magistrales, por las horas dedicadas a los alumnos y por su cercanía. Al ser pocos los alumnos, las clases son más personales y nos han atendido siempre con una sonrisa en la boca, dispuestos siempre a resolver dudas y aclararnos. Gracias a todos y en especial a Mª Ángeles Herrero, por aceptar de tan buena gana ser nuestra madrina de graduación. Por ellos, tanto familiares como profesores, pido un fuerte aplauso.
Y no me equivoco al agradecer también estos tres fantásticos años a mis compañeros: Lara, Carmen, María Domínguez, Sandra, Gema Villanueva, Gema Jiménez, Daniel Marín, Chema, José Manuel, Alejandro, David, Elia, Cristina Rodríguez, María León, Estela, Lola, Noelia Muñoz, Cristina Echevarría, Eva, Natalia, Laura Muñoz, Raúl, Ana Belén, Jorge, Richard, Daniel Prieto, Roberto, José Antonio Peris, Macu, Noelia López, Argeme, Maite, Ana María, Amalia, Amparo, Juan Francisco, Laura Martín, Mª Cruz, José Antonio Acera, Amanda, Mario, Manuel Galayo y Enrique. Todos los que hoy nos graduamos, y otros muchos que no lo hacen este año o ya lo han hecho. Gracias por todo. Todos, de una forma u otra, habéis hecho que estos tres años sean inolvidables. Gracias por haberme elegido como delegado durante dos años y por el apoyo que muchos de vosotros me habéis prestado para que el cargo se haga más fácil. Y en especial, doy las gracias a tres chicas que me han ayudado mucho este año, ellas son Carmen, Lara y María Domínguez, ¡sois las mejores! Nunca olvidaré esas risas en clase con María, esos ratos con Carmen y esos dibujos de Clipin de Lara. Os debo mucho. También doy las gracias, y en mayúsculas, a una gran amiga que se graduó el año pasado, Halima. Gracias por esas risas, por ese tiempo compartido dentro y fuera de las paredes de la universidad, por ese cariño y esa confianza. Tú también has formado gran parte de mi historia en la Universidad y has hecho que este camino se haya convertido en algo especial. Y agradecerles a ciertas chicas, vosotras ya sabéis quienes sois, por el pasado jueves, sois las únicas que permanecisteis a mi lado y me apoyasteis esa noche. Muchas gracias. Os habéis portado genial conmigo. Espero no perder el contacto, me caéis genial. Gracias a esta universidad he conocido gente maravillosa y de las que me llevo un muy buen recuerdo. Mil gracias, os echaré de menos.
Ahora estamos cerrando una etapa y comenzando otra. Espero que sea tan bella y tan llena de recuerdos bonitos como lo ha sido la anterior, porque ha merecido la pena pasar por los tres años de estrés, agobios y exámenes si el resultado ha sido este: poder disfrutar de unos profesores geniales, una universidad moderna y algunos compañeros estupendos. Ojala que todos guardéis en vuestra memoria este tiempo y que de vez en cuando pongáis en vuestra boca alguna palabra relacionada con estos tres años que nos han servido para que algunos de nosotros nos conozcamos y forjáramos amistades que pueden ser eternas. Ser valientes de ahora en adelante y recordad cómo habéis llegado hasta aquí, sintiéndoos orgullosos de vosotros mismos.

Sin más dilaciones, me despido, espero no haberos aburrido demasiado. Siempre es duro decir adiós, y por eso yo solo os digo un hasta luego, esperando que permanezcáis a mi lado de una forma u otra, para eso se ha creado el Tuenti. ¡Enhorabuena XXVIII Promoción! ¡Lo hemos conseguido!

11 de mayo de 2009

Cuenta atrás en marcha

Ahora es cuando verdaderamente empieza la cuenta atrás para dejar una vida atrás, para cerrar una etapa y comenzar otra, en otra ciudad (Madrid), con otros estudios, otra universidad, otra casa, unos compañeros de piso.... El sábado pasado tuvo lugar mi graduación, por fin llegó el momento tan esperado, aunque ahora que ha llegado da pena, pero así es todo, hay que abrir y cerrar puertas, en eso consiste la vida. Parece mentira que puedas volver la vista atrás y ver que han pasado tres años, casi ni nos hemos dado cuenta de cómo ha pasado el tiempo y aquí me véis, ya graduado, con el título casi aferrado a mis manos, es increíble. Ya quedan 4 exámenes, un último esfuerzo y ya todo habrá acabado, la diplomatura habrá finalizado y daremos comienzo la licenciatura. Otros dos añitos más, pero con fuerzas e ilusión.
Un besote enorme!

5 de mayo de 2009

Fantástico finde en Madrid!

Y es que ha sido un puente indescriptible, por más palabras que pudiera decir acerca de él, en la mayoría de ellas me quedaría corto para describir lo que sentí allí. Me sigue pareciendo una ciudad genial, donde me siento libre y puedo hacer cualquier cosa sin que me miren raro! De todos modos, como en todo, ha habido cosas buenas y cosas malas, y es qeu todo no puede salir perfecto no? Ahora estoy sufriendo las consecuencias de los excesos en forma de anginas, pero ha merecido la pena y mucho y creo que podré estar recuperado para la cena de graduación! Ya es el jueves la cena y el sábado la graduación! Qué ganitas tengo!
Bueno, no quiero enrollarme más de lo necesario. Un besote a todos!